domingo, 6 de septiembre de 2015

11 de septiembre: DÍA DEL MAESTRO DE LANZA Y BASTÓN


El historiador misionero Jorge Francisco Machón, armado con ética y compromiso, es uno de los guardianes de la Patria Grande.
    El 11 de septiembre y el Día del Maestro, merecen reparaciones históricas. Por ejemplo, se podría retomar y revalorizar en esa fecha a un docente de ética, compromiso y dignidad en el oficio. Es que hace 80 años, ese mismo día pero de 1935, nacía en la colorada tierra misionera don Jorge Francisco Machón.
   En toda la región donde el proyecto de la Patria Grande artiguista levantó la rebelión, aparece el protagonismo de Machón. Él armó al gentío con la verdad histórica y el rescate del pasado ninguneado. Machón es el ejemplo del maestro solidario que no dicta clase, sino que comparte y nos acompaña con su sabiduría y generosidad, a redescubrir y recuperar a la otra historia, la que fue ocultada y que ahora renace como huella de la identidad regional.


“La erudición, la seriedad, el hablar del pasado con pruebas concretas y su generosidad llevaron a Oscar Canteros, profesor en Historia de la Universidad Nacional de Misiones.
Machón a compartir la información con otros investigadores en lo que él llamaba con humor: «el intercambio de figuritas». Veía la necesidad de que lo que se investiga llegue a la gente porque el conocimiento del pasado es un derecho social, y no patrimonio de una élite ilustrada”, indica su compañero de trabajo y también misionero
    En tanto, desde Corrientes, Camilo Gómez Montero, director de la película Buscando al comandante Andresito Guagurarí, remarca: “Para quienes hemos tenido el privilegio de caminar a su lado en estos últimos ocho o nueve años, ha sido el hombre que nos guió en un camino hasta entonces desconocido y lleno de trampas, mentiras, calumnias y silencios.
    Cuando hay historiadores como Machón, la búsqueda por la verdad histórica es una constante”. El productor del grupo Payé Cine, además, destaca: “Nos indicó el camino correcto para seguir las huellas del Comandante Andresito”.
    Otro docente e historiador misionero, Pablo Camogli, agrega: “El maestro Machón, era eso: quizás el mayor historiador sobre la temática de Andresito”. Por otra parte, el autor de libros como Batallas por la libertad (2005), Batallas de Malvinas (2007) e Historia de un pueblo en armas (2015), entre otros, agrega: “Fue el más generoso para compartir sus saberes e incentivar a las nuevas generaciones de investigadores para continuar su senda”.
    También desde Posadas, Juan Manuel Sureda, de la organización Flor del Desierto, quien hace años impulsa la investigación y memoria del guerrero guaraní, remarca: “Nos queda a los misioneros una gran deuda de agradecimiento a este hombre cabal, padre de familia ejemplar, luchador social y político, educador de raza, historiador honesto y formal, amigo verdadero. Fue generoso como pocos con sus conocimientos logrados con esfuerzo y dedicación personal. Ocupará por siempre un lugar de privilegio en los corazones de sus colegas, sus alumnos y quienes pudimos compartir momentos inolvidables de su valiosísima vida”.

El vecino de Jardín América
   “Queremos recordar a esta personalidad misionera como nosotros lo vivimos, como lo que era: una gran persona, un vecino inquieto y participativo de la comunidad que eligió para vivir Jardín América, en nuestra Misiones”, relata Sureda.
    “Pero claro –agrega– no fue solamente eso, fue mucho más que eso. Profesor de Historia y Matemáticas. Así, pues, fue investigador y miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones, fundador de la Junta de estudios Históricos, Sociales y Literarios de Jardín América y miembro de la Academia Nacional de la Historia”.
    “Desde Flor del Desierto destacamos su permanente colaboración y acompañamiento en la gesta de revalorización de la figura de Andrés Guacurarí y Artigas, primera espada artiguista surgida del mundo heredero de la histórica Misiones jesuítica guaraní. Sus investigaciones en el tema lo llevan a Corrientes, Asunción, Buenos Aires, Córdoba, España, Montevideo, Porto Alegre y Río de Janeiro. En este último punto, siguiendo con Oscar Daniel Cantero los pasos que aconsejara en su histórico trabajo hecho por encargo de Flor del Desierto el doctor León Pomer, se obtendría la pista verdadera del paso de Andrés Guacurarí por las mazmorras lusitanas de la Bahía de Guanabara”, resalta. ´
      También, Cantero acota: “Machón tuvo una vida hermosa, en la que cumplió sueños que para cualquiera parecerían irrealizables: fue intendente de su pueblo querido (Jardín América) y el responsable, en parte, de que se convirtiera en una pujante ciudad al iniciar obras públicas que le dieron su fisonomía característica, como la construcción de la Plaza Colón. Luego fue diputado provincial (MID) durante la fugaz primavera democrática de 1973. Y, pese a lo breve de su gestión, logró concretar importantes iniciativas como la de impulsar una ley que establecía la enseñanza obligatoria de la historia regional en las escuelas”.
    Sobre su trabajo, Cantero remarca que “Todo eso se volcó en una serie de libros publicados con fondos salidos de su propio bolsillo, sin ningún apoyo ni oficial ni privado, y muchos de los cuales hoy son clásicos de la historiografía misionera”.
    Machón escribió libros y trabajos de investigación: La Federal Bandera Tricolor de Misiones(1993); Misiones después de Andresito (1994);La reducción de los Guayanas del Alto Paraná – San Francisco de Paula (1996); José Artigas Gobernador de Misiones (1998); y en colaboración con Graciela Cambas: La música Misionera, de la Colonia a la Revolución (1998).

Más que una historia pintoresca

    Desde Posadas, el historiador Camogli remarca: “Mi contacto personal con Machón fue algo tardío, a fines de la década del 2000 y a partir de mi curiosidad por la figura de Andresito, a la que el historiador dedicó buena parte de sus últimos años de estudio. Desde un comienzo encontré a un verdadero maestro, una persona de una generosidad enorme, capaz de ofrecer cuanta información o documento tuviera en su poder. Recuerdo que incluso me mandó los originales aún no publicados de lo que luego fue el excelente libro Misiones Provincia Federal, que escribió junto a Cantero”.
     "Tuve el enorme placer de compartir varias reuniones y eventos con Machón. Y me quedó la misma sensación de estar ante una persona de una extraordinaria sencillez, alguien que había hecho de la simpleza una forma de ser y que había puesto todo su esfuerzo en su trabajo de investigación y no en su propio ego, como tantos otros. Machón, el maestro Machón, era eso: quizás el mayor historiador sobre la temática de Andresito en Misiones y seguro el más generoso para compartir sus saberes e incentivar a las nuevas generaciones de investigadores para continuar su senda”.
      “Fue el primero en entrever que detrás de la figura de Andresito había algo más que una historia pintoresca o romántica. Se trataba de la irrupción de un personaje histórico en un contexto político-social determinado en el cual confluían dos trayectorias específicas: la de los guaraníes, como pueblo guerrero; y la del federalismo artiguista, como expresión radicalizada de la revolución y la independencia”, destaca en una entrevista en Misiones online, publicada en enero de 2015. 
Buscando a Andresito
    El cineasta Camilo Gómez destaca la ética del investigador: “Fue él quien nos avivó acerca de cómo eludir las mentiras y calumnias que se habían tejido en torno a la figura histórica de Andresito. Porque del mismo modo que existen hombres de la estirpe de Machón, que dedican su vida a la búsqueda de la verdad, hay otros que se dedican a mentir y a embarrar la cancha. Hay quienes trabajan para y por la memoria, y hay quienes se encargan de rendir honores al olvido y a la mentira”, sostiene el correntino.
     Y destaca emocionado que recuerda “la noche en que fue aplaudido de pie por todo un salón repleto en el Congreso de Historia de Ituzaingó, tras la proyección de la película Buscando al Comandante Andresito”.
     Y, como hablando con Machón, advierte: “La misma de la que fuiste coguionista, protagonista y mentor. Cuando vos, junto a otros grandes historiadores de Misiones, comenzaron a investigar y contar quién había sido Andresito. De él se sabía poco o casi nada, y con la constancia de las hormigas fueron trabajando y trabajando para sacar del olvido, de a poco y con gran esfuerzo, a este grande de nuestro Pueblo”.
 
Las huellas y el viajero
     “A mi padre lo apasionaba la historia y era muy riguroso con su trabajo. Pero también le gustaba mucho viajar y poder aplicar sus conocimientos históricos en el lugar del hecho histórico”, dice –desde Ushuaia– Adriana Machón, una de las cuatro hijas del maestro.
     “Nos llevó a conocer muchas zonas de Argentina en los viajes que hacíamos durante las vacaciones de verano. Pero siempre marchábamos por una ruta y al volver tomábamos otra”, dice la misionera que ahora vive en tierras fueguinas, es licenciada en Geografía y trabaja en la Biblioteca del Fin del Mundo.
      En ese andar, Cantero es su compañero de la huella. En ese sentido, sostiene: “Tuve la suerte de trabajar con él en los diez últimos años de su vida. Encaramos el desafío de lograr que el gran público pudiera conocer su trabajo a través de libros escritos de manera que fueran accesibles a todos, renunciando al aparato erudito que suelen tener las obras históricas. Fruto de eso fue Andrés Guacurarí y Artigas, un libro que publicamos en 2006 y que tuvo una amplísima difusión, contó con varias ediciones de distribución gratuita en las escuelas y fue lanzado en el Uruguay”.
    “Hicimos viajes investigativos, rastreando datos sobre Andresito que a veces se convirtieron en verdaderas aventuras. En Río de Janeiro no sólo visitamos archivos y bibliotecas, sino que nos interesó conocer, estar en los lugares donde estuvo el comandante. Estuvimos en la Isla de las Cobras, en el fuerte de Santa Cruz e incluso en un lugar casi inaccesible como la temible prisión de la Lage. Como el sitio estaba abandonado y en un islote en medio de la bahía de Guanabara, no conseguimos mejor forma de llegar que con un bote de pescadores al que, para colmo, se le rompió el motor en mitad del mar. Pero logramos nuestro objetivo: tomar algunas fotos que hoy son ampliamente conocidas gracias a su utilización en el documental de Camilo Gómez Montero”.
     “La participación en este documental marcó el inicio de la última etapa de su vida, con menos producción pero con un amplio reconocimiento no sólo de sus pares sino de la gente. Nunca voy a olvidar su voz quebrada en Villa Allende, Córdoba, al agradecer una ovación encendida de un público de cientos de personas. La sensación de que tanto sacrificio no fue en vano fue una de sus grandes satisfacciones”, admite con emoción.
   
"Anda por lagunas y montes cuidando a su gente"

  El domingo 29 de junio de 2014 el sol brillaba en los fierros forjados por la gurisada de Cultura Vallese y Cine Payé. Habían levantado en la costa de la capital correntina ese colosal complejo escultural con Andresito y sus oficiales recuperando su lugar en su tierra y en su historia.
    Entre chámame y chámame, entre pibes de las escuelas, con su bastón que esgrimía con la firmeza de una lanza y una transparente y serena sonrisa, desde un banco de plaza Machón le decía al Eslabón: “El comandante Andresito debe estar contento con esta fiesta en su memoria”.
     Entonces, el riguroso y estricto investigador admitía: “Al final, seguro que Andresito anda todavía entre las lagunas y los montes, cuidando a su gente”. Con sus ojos brillantess miraba con esa humildad del sabio, que no repara en que esa movida por la tropa guaraní, en gran parte partió de su laburo de investigador y divulgador.
    A su lado, Elba Ríos, una profe de guaraní en Corrientes, no dejaba enfriar al mate amargo y nos decía: “Machón me enseñó a amar a Andresito e identificarme como descendiente del pueblo guaraní”. Explicaba que tan negada y callada era la historia de su gente, que no conocían a Andrés y hasta no valorizaban su pertenencia a ese pueblo originario.
     El maestro logró un reconocimiento que se extendió. Cruzando el río Uruguay, el 13 de enero último, cuando en el Argentino Hotel de Piriápolis, al conmemorar los 200 años del izamiento y jura por primera vez de la bandera de Artigas, en un acto se proyectó el film “Buscando a Andresito” y se presentó el libro “La filosofía popular y regeneradora del magnánimo José Artigas”.
    El investigador y licenciado en filosofía, Leonardo Rodríguez Maglio, autor del profundo trabajo sobre el pensamiento libertario, original y latinoamericano de Don José, señaló: “Permítanme expresar la enorme felicidad, la emoción, y agradecimiento que siento por estar viviendo este momento; y expresarles también mi deseo de continuar realizando actividades que contribuyan a la unión de los pueblos, y a la difusión de esa filosofía que Artigas nos legó”.
    Y agregó: “Permítanme hacer una síntesis final, racional y afectiva, de todo lo que aquí se ha expresado, proponiendo un brindis: por el amor, por la vida, por las personas de bien, por la pública felicidad; para que se regenere y se instale esa familia grande que soñó y quería Artigas para nuestra región y para el mundo”, entonces rompiendo el formalismo, resaltó a viva voz: “¡Viva Machón!, ¡Viva Andresito!, ¡¡Viva don José Artigas!!”.
     Por todo esto, y en el Día del Maestro que recuerda su cumple, se puede entender, que Machón también anda junto a Andresito por las lagunas y montes, cuidando a su gente. Lanza y bastón, el lugarteniente del guaraní armado de su ética y compromiso sigue acompañando a tantos otros guardianes beligerantes de ese proyecto por una Patria Grande y de pueblos libres.